Una receta sabrosa, sencilla y buenísima para estos días fríos de Buenos Aires. Para 2 personas como plato único abundante:
SALSA DE HONGOS
– 25 g de hongos secos de pino
– 25 g de manteca
– ½ cebolla picada
– 1 diente de ajo pelado y aplastado
– 200 g de champiñones frescos, en rodajas o cuartos, según tamaño
– 200 ml de agua tibia
– 2 ramitas de tomillo
– 1/4 taza de vino tinto
– 50 g de parmesano
– Láminas de gouda estacionado
POLENTA
– 150 g de polenta instantánea
– 600 ml de leche
– 25 g de manteca
– 1 hoja de laurel
– 1 ramita de romero fresco
– 1 ramita de orégano fresco
– Sal y pimienta
Hidratamos los hongos en el agua tibia por unos 30 minutos. Retiramos y escurrimos,
reservando el líquido (descartamos si la arenilla que se deposita en el fondo).
En una sartén grande derretimos la manteca y salteamos la cebolla y el ajo a fuego bajo hasta que comiencen apenas a colorear. Añadimos los hongos secos y luego de 2 minutos incorporamos los champiñones; subimos el fuego a máximo. Pasados 5 minutos agregamos el vino tinto y 1 minuto después el líquido de la hidratación de los hongos. Bajamos el fuego a mínimo y cocinamos hasta que la salsa se haya espesado, unos 15 minutos.
Para la polenta, hervimos la leche con el laurel, el orégano y el tomillo; apagamos el fuego y dejamos infusionar 20 minutos. Llevamos nuevamente a hervor y agregamos de a poco la polenta, mientras mezclamos. Pasado 1 minutos, añadimos la manteca, el parmesano y salpimentamos.
Transferimos la polenta a una fuente para horno, aplanamos su centro, volcamos por encima los hongos y sobre estos las láminas de gouda.
Horneamos con el fuego en la parte superior hasta que el queso se haya derretido.
Emplatamos y….buen provecho!