– 200 g de harina 0000 (la más refinada)
– 120 cc de agua
– 1 cucharadas de aceite
– 5 a 10 g de levadura fresca
– 1/2 cucharadita de sal + 1 pizca pimienta blanca
– 2 cebollas medianas cortadas en juliana
– 75 gramos de queso parmesano
– aceitunas negras
– aceite de oliva
– sal y pimienta negra recién molida
En un bol mezclamos la harina con la levadura y el agua y agregamos luego la sal y el aceite (es conveniente que ninguna de ambas entre en contacto directo con la levadura), integramos, volcamos sobre superficie enharinada, amasamos un poco (no hace falta mucho amasado para pizza a la piedra), bollamos y dejamos reposar en bol cubierto hasta que duplique su volúmen (el tiempo dependerá de la temperatura ambiente y la cantidad de levadura empleada, cuanto más lentamente leva, mejor será luego el sabor y la textura de la pizza).
Cortamos la cebolla en fina juliana y blanqueamos en agua hirviendo por 3´; Retiramos y escurrimos bien.
Encendemos el horno. Retiramos la masa del bol, la cual deberermos percibir bien laxa, relajada; la desgasificamos, volvemos a bollar y dejamos reposar por alrededor de 30´; estiramos luego con la mano o un palote dando la forma deseada, distribuimos por encima la cebolla, el parmesano recién rallado y algunas aceitunas negras y depositamos con una pala sobre la piedra del horno muy bien precalentado y a fuego máximo por entre 5¨y 10´, dependiendo del horno.
Servimos de inmediato rociando por encima con un chorro de aceite de oliva y un poco de pimienta negra recién molida.
Ri-quí-si-ma!