Aportan fibras, calcio, vitaminas, hierro y además son ri-quí-si-mas, se hacen fácil y se conservan bien; interesantes, no? Para 1 ó 2 fuentes de horno, según grosor de las galletas:
– 200 g harina de trigo 0000
– 100 g harina de trigo integral
– 75 g salvado de trigo
– 75 g harina de maíz
– 50 g avena
– 2 cucharaditas azúcar negra
– 1 cucharadita polvo de hornear
– 1 taza de mezcla de semillas: lino, sésamo, amapola (o quinoa, amaranto, etc)
– 250 a 275 cc agua
– 50 cc aceite
– 2 cucharaditas de sal
– 1 cucharada aceite de oliva
– 1/2 cucharadita de finas hierbas
– 1 pizca de pimienta
En un bol grande mezclamos el resto de los ingredientes sólidos y les incorporamos las semillas; agregamos el agua y el aceite y amasamos hasta lograr una consistencia no muy firme ya que los cereales continuarán abosbiendo agua. Encendemos el horno y dejamos reposar por unos 30′.
Dividimos la masa en 2 y sobre superficie enharinada las estiramos con un palote; cortamos con un cortante según tamaño y forma deseada y ubicamos las piezas sobre una asadera grande sin engrasar; si hacemos las galletas bien delgaditas deberemos hacer dos horneadas, creo que vale la pena.
Horneamos a fuego medio por 15’a 20′ hasta que estén doraditas y crocantes.