En una clase particular de cocina con Matías, un Futuro-Gran-Chef, preparamos esta tarta bastante original y super sabrosa, nos encantó a ambos. La receta, para una tartera de 25 cms aprox:
MASA
MASA
– 200 g de harina 0000
– 65 cc de aceite
– 65 cc de agua
– 1/2 cucharadita de sal
– 1 pizca de pimienta blanca
RELLENO
– 4 tomates mediano-grandes no muy maduros
– 1 taza de hojas de albahaca fresca picada
– 3 huevos grandes
– 200 g de ricota
– 100 g de muzarella en trozos pequeños
– 100 g de sardo o similar rallado
– 1 cucharada de pan rallado
– 1/2 cucharadita de sal
– pimienta negra a gusto
En un bol mezclamos los ingredientes de la masa hasta integrar, volcamos sobre una superficie apenas enharinada y amasamos hasta obtener una masa suave y sedosa. Envolvemos en papel film y dejamos reposar unos 30´ a temperatura ambiente.
Encendemos el horno. Cortamos los tomates en rodajas delgadas y colocamos la mitad de ellos en una fuente de horno con unas gotas de aceite. Una vez el horno tomó temperatura, cocinamos a temperatura máxima por 15′ de modo que pierdan humedad y concentren su sabor. Retiramos y dejamos entibiar.
Batimos los huevos, incorporamos la ricota y la albahaca y continuamos batiendo por un minuto. Agregamos la muzzarella y la mitad del sardo, mezclamos, salpimentamos ligeramente y reservamos.
Sobre superficie enharinada con un palote estiramos la masa bien delgada, forramos la tartera previamente pincelada con aceite o rocío vegetal (no hace falta si es teflonada) ; floreamos su base con el pan rallado y la mitad del sardo reservado, cubrimos con los tomates rostizados, por encima la preparación y por sobre ésta las rodajas de tomates crudos. Volcamos la masa sobre el relleno o la cortamos con el canto de un cuchillo si la preferimos “más prolija”
Llevamos a horno moderado por unos 50′, hasta que haya tomado buen color. Y, como en muchas otras oportunidades, hacemos un esfuerzo, resistimos la tentación y comemos tibia. Es exquisita!