MASA
– 65 a 70 ml de agua (una tacita)
– 65 a 70 ml de aceite (una tacita
– ¼ cucharadita de sal
– 1 pizca de pimienta blanca (opcional)
RELLENO
– 200 g de portobellos o champiñones fileteados
– 25 g de girgolas secas hidratadas en agua, escurridos, picadas o fileteadas
– 2 puerros cortados en rodajas delgadas
– 150 g de queso crema
– 150 g de queso gruyere rallado
– 3 huevos grandes
– 1 cucharada de aceite de oliva
– 1 tacita de vino blanco.
– Sal y pimienta negra recién molida
En un bol mezclamos los ingredientes de la masa, volcamos sobre la superficie de trabajo y amasamos hasta obtener una masa suave y sedosa. Envolvemos en papel film y dejamos reposar.
En una sartén grande calentamos el aceite de oliva y salteamos los puerros; cuando comienzan a colorear incorporamos los hongos frescos y secos y luego de 2’ó 3’ desglasamos con el vino blanco y cocinamos hasta que los hongos estén tiernos y el vino se haya evaporado. Salpimentamos.
Batimos los huevos con el queso crema e incorporamos a la mezcla anterior junto con la mitad del gruyere rallado.
Con la ayuda de un palote estiramos la masa delgada y de forma redondeada con un diámetro unos cms mayor que la tartera; la desplegamos sobre esta (si
es de teflón no hace falta engrasar) volcando los excesos de masa hacia afuera y echamos dentro el relleno.
Con el canto de un cuchillo cortamos la masa excedente, floreamos con el resto del gruyere y horneamos a 180* (3/4 temperatura de horno normal) por unos 45’, hasta que la masa se vea crocante y el queso haya gratinado.
Retiramos del horno, desmoldamos y esperamos al menos 15’ antes de servir.