MASA
– 150 g de harina integral
– 50 g de harina 0000 (refinada)
– 70 ml de agua (una tacita)
– 70 ml de aceite (una tacita
– ¼ cucharadita de sal
– 1 pizca de pimienta blanca (opcional)
RELLENO
– 600 g de calabaza ya pelada y cubeteada
– 1 cebolla picada
– 1 diente de ajo picado
– ½ morrón rojo picado
– 1 puñado generoso de tomates cherry cortados al medio
– 2 cucharadas de aceitunas verdes descarozadas y cortadas en rodajas
– 2 cucharadas de hierbas frescas picadas: orégano, tomillo, salvia
– 2 cucharadas de semillas de sésamo
– 2 puerros cortados en rodajas delgadas, sus tallos
– 1 pote de yogur natural
– 3 huevos grandes o 4 chicos
– 1 cucharada de aceite de oliva
– Sal y pimienta negra recién molida
En un bol mezclamos los ingredientes de la masa, volcamos sobre la superficie de trabajo y amasamos hasta obtener una masa suave y sedosa. Envolvemos en papel film y dejamos reposar.
En una sartén grande con el aceite de oliva salteamos la cebolla y el ajo picados; cuando comienzan a colorear incorporamos los cubos de calabaza y las hierbas frescas, salpimentamos mezclamos y luego de 2’añadimos el vino blanco; cocinamos revolviendo cada tanto hasta que se hayan tiernizado apenas, unos 10’.
Batimos los huevos con el yogur y mezclamos con las calabazas.
Con la ayuda de un palote estiramos la masa delgada y de forma redondeada, con un diámetro unos centímetros mayor que la tartera; la desplegamos sobre esta (si es de teflón no hace falta engrasar) volcando los excesos de masa hacia afuera y echamos dentro el relleno.
Volcamos la masa sobre el relleno (podemos también cortarla con el canto de un cuchillo), distribuimos por encima las rodajas de aceituna y los tomates cherry y floreamos con las semillas de sésamo (podemos reemplazarla por parmesano o sardo rallados).
Horneamos a 180* (3/4 temperatura de horno normal) por unos 40’, hasta que la masa se vea crocante y el queso haya gratinado.
Retiramos del horno, desmoldamos y esperamos al menos 15’ antes de servir.