Denomino a esta paella “de cuarentena” porque la preparé con los mariscos y el pescado que tenía en el freezer, con más un cubo de caldo de pescado en lugar del “natural auténtico”. Y porque aún así salió muuuuy rico espero les sirva de impulso e inspiración para prepararla con los frutos de mar que dispongan aún cuando no se ajusten exactamente a las recetas tradicionales. Para 4 porciones entonces, tal cual como fue preparada:
– 1 filete de brótola, en trozos
– 100 g de langostinos crudos pelados y desvenados
– 1/4 kg de aletas de langostinos, cortadas en tiras
– 100 g de mejillones cocidos
– 100 g de almejas cocidas
– 1 cebolla grande picada
– 1 pimiento colorado picado
– 1 tomate grande rallado
– 2 dientes de ajo en rodajas delgadas
– 1 cubito de caldo de frutos de mar
– 1 litro de agua
– 1/2 cucharada de cúrcuma
– 1/2 cucharada de pimentón dulce
– Sal
– Aceite de oliva, cantidad necesaria
– Perejil picado para decorar
Sumergimos un rato los frutos de mar en agua de modo de descongelarlos.
Calentamos la paellera con ½ tacita de aceite de oliva y cuando está muy caliente freímos los langostinos por 1 minuto por lado. Retiramos, reducimos el fuego a medio-bajo y salteamos la cebolla, el pimiento y los ajos.
Luego de 5 minutos añadimos el tomate rallado, el pescado, las rabas y las aletas de calamar, mezclando bien.
Pasados otros 5 minutos echamos dentro el arroz distribuyéndolo uniformemente.
Esperamos 3 minutos, cubrimos con el caldo, reservando un poco para adicionar si hiciera falta; condimentamos y llevamos a hervor a fuego máximo.
Una vez rompió el hervor reducimos el fuego a medio-bajo y, ya sin volver a mezclar, cocinamos según el tiempo indicado en el envase, unos 18’.
A los 13′ distribuimos sobre el arroz los langostinos, los mejillones y las almejas.
Cuando el arroz está a punto retiramos del fuego y esperamos unos minutos antes de servir.
Emplatamos agregando un chorro de aceite de oliva y decorando con perejil picado.
Y mientras escribo se va acercando la hora de la cena. Y se me va haciendo agua la boca recordándola, mmmm, imaginen, qué rica!