· RELLENO
· 125 g de ricota fresca
· 125 g de queso azul desgranado (los italianos lo habrían hecho con gorgonzola…)
· 75 g de nueces picadas
· 1 cucharada de crema doble
· Sal y mix de pimientas
SALSA
· 100 g de manteca
· 50 g de nueces troceadas
· Sal y pimienta negra
· Perejil picado para decorar
· Parmesano rallado, opcional
Echamos la harina en un bol, hacemos un hueco en su centro y volcamos dentro los huevos. Con un tenedor los mezclamos mientras le vamos incorporando la harina; con un cornete y luego con las manos formamos un bollo, lo volcamos sobre la superficie de trabajo y amasamos hasta obtener una masa sedosa y firme. Envolvemos y dejamos reposar al menos 30’.
Estiramos la masa hasta el punto 6 ó 7 de la máquina y la dividimos en tiras algo más largas que el molde raviolero. Colocamos una tira previamente enharinada en su base sobre el molde y con una cucharita vamos poniendo el relleno; cubrimos con la otra tira, presionamos suavemente para quitar el aire y hacemos rodar un palo por encima de modo de marcar y sellar. Volcamos sobre la superficie de trabajo enharinada y espolvoreamos por encima con un poco más de harina.
Ponemos a calentar abundante agua y salamos cuando rompió el hervor.
En una sartén grande derretimos la manteca a fuego medio, sin moverla; cuando comienza a oscurecerse agregamos las nueces, salpimentamos y continuamos la cocción por un minuto más.
Mientras, echamos la pasta en el agua hirviendo y retiramos al dente. Escurrimos, volcamos en la sartén junto con 2 ó 3 cucharadas del agua de la cocción y revolvemos.
Servimos en platos precalentados, decorando con el perejil picado y espolvoreando con pimienta negra; opcionalmente agregamos también parmesano rallado.