– 500 g de harina común (000)
– 300 ml de agua
– 3 cucharadas de aceite de oliva
– 4 dientes de ajo medianos bien finamente picados
– 1 cucharada de hojitas de romero picadas
– 100 g de parmesano rallado (pueden también omitirlo)
– 25 g de levadura fresca
– 1 cucharadita de azúcar
– 1 cucharadita de sal (10 g)
En un bol grande volcamos la harina reservando 3 cucharadas, el romero, el ajo, el parmesano (opcional) y la sal; mezclamos y hacemos un hueco en su centro.
Disolvemos la levadura en el agua con el azúcar la harina reservada, esperamos unos 15′ hasta que comience a burbujear y volcamos dentro del hueco. Con una cuchara o madera vamos integrando los ingredientes nos ayudamos luego con un cornete, adicionamos finalmente el aceite, terminamos de integrar, volcamos sobre la superficie de trabajo y amasamos hasta obtener una masa suave y sedosa.
Hacemos un bollo, colocamos en un bol pincelado con aceite, cubrimos y esperamos unos 60′ hasta que duplique su volumen.
Volcamos nuevamente sobre la superficie de trabajo, desgasificamos, dividimos en dos bollos, cubrimos y dejamos reposar por 15′. Encendemos el horno.
Con una palo de amasar estiramos un bollo bien delgado, volcamos la masa sobre si misma y volvemos a estirarla tan delgada como nos sea posible sin que se rompa. Repetimos con el otro bollo y con un cortapastas o cuchillo cortamos las galletas de modo irregular, a nuestro gusto. Las pinchamos con un tenedor y colocamos en la o las asaderas.
Horneamos a 180* (3/4 temperatura de un horno convencional) por unos 15′ hasta que hayan adquirido un color marrón dorado. Retiramos, dejamos orear y guardamos en envase hermético. (Y bien escondido…)