– 400 g de harina 000 (común)
– 360 cc de agua
– 5 g de levadura seca ó 15 g de levadura fresca
– 1 cucharadita de sal no muy colmada (8 a 10 g)
– 1 cucharadita de azúcar
– 1 tacita de aceite de oliva + adicional para aceitar la asadera
– 1 puñado de hojas de romero fresco
– 2 dientes grandes de ajo
– granos de sal entrefina, opcional
Unas horas antes procesamos los dientes de ajo con el aceite de oliva y ¼ cucharadita de sal; agregamos las hojas de romero y dejamos macerar.
´En un bol disolvemos la levadura en el agua, adicionamos el azúcar, la sal y la harina, mezclamos con una cuchara de madera o cornete hasta integrar, cubrimos y dejamos leudar hasta que haya duplicado su volumen, de 45 a 60 minutos.
Encendemos el horno. Aceitamos generosamente la asadera y volcamos sobre ésta la mezcla. Distribuimos por encima un poco del aceite macerado y con las manos también aceitadas la distribuimos de modo parejo por toda la superficie. Cubrimos y dejamos leudar por 30 minutos.
Presionamos con los dedos haciendo “pocitos” en la masa y volcamos en cada uno unas gotas del aceite de macerado “plantando”ramitas de romero de romero. Floreamos discretamente con sal gruesa.
Horneamos a temperatura máxima de un horno convencional (unos 220*) hasta que la focaccia se vea dorada, unos 20. Si nos es fuera posible, horneamos parte del tiempo sobre la piedra.
Retiramos y dejamos orear sobre rejilla.