Para una comida muy especial con una persona muy querida, una suerte de despedida…, preparé esta pasta que resultó deliciosa, muy apropiada a la ocasión; la “rudeza” de la salvia equilibra el dulzor concentrado de la calabaza asada y la manteca negra con las almendras tostadas redondean un plato delicado, diferente y, yo diría, exquisito. Para 4 personas, uno 36 raviolones:
MASA
– 200 a 220 g de harina 0000 (refinada)
– 2 huevos
– 2 cucharaditas de aceite de oliva
– 1/2 cucharadita de sal
– 1 pizca de pimienta blanca
RELLENO
– 500 g de calabaza pelada y cuebeteada
– 200 g de ricota fresca, escurrida si hace falta
– 1 cucharadita colmada de hojas de salvia fresca picada
– 1 yema de huevo
– aceite de oliva, c/n
– sal, pimienta negra y nuez moscada
SALSA
– 100 g de manteca
– 3 ó c4 cucharadas de almendras
– sal, pimienta negra y peperoncino
Preparamos la masa del modo habitual (ver “Masa para Pasta al Huevo, Técnicas Básicas”).
Untamos los trozos de calabaza con aceite de oliva y los horneamos hasta que estén tiernos, unos 15´. Retiramos del horno, dejamos entibiar, procesamos, mezclamos con la ricota y la yema, condimentamos y reservamos.
Estiramos la masa hasta el último punto de la máquina y la dividimos en 2 ó en 4 tiras de tamaño similar.
Colocamos una tira sobre un molde para pastas enharinado y con una cucharita vamos poniendo el relleno; pincelamos los bordes con la yema del huevo que nos quedó (o, alternativamente, con agua), cubrimos con otra tira, presionamos suavemente para quitar el aire y hacemos rodar un palo por encima de modo de marcar y sellar.
Reservamos sobre superficie enharinada y cubiertos por un repasador.
Ponemos a hervir abundante agua y cuando rompe a hervir introducimos con un colador las almendras dentro del agua, retiramos luego de 2´ y con la mano o ayuda de un repasador les quitamos las cáscaras; las procesamos luego groseramente.
En una sartén grande derretimos la manteca y cuando comienza a tomar color marrón (no debe quemarse) introducimos las almendras, mezclamos y cuando se va haciendo presente el exquisito aroma de las almendras, salpimentamos y retiramos del fuego o mantenemos a fuego corona.
Cuando el agua rompió a hervir y ya vamos alistando la salta, salamos el agua, echamos dentro la pasta y retiramos al dente, no más de 3´; escurrimos, echamos dentro de la sartén, mezclamos y emplatamos en platos precalentados floreando con peperoncino y/o pimienta negra recién molida.
Un plato exquisito, simplemente…
2 respuestas
Delicioso, señor, muchas gracias
Un gusto, señor. Y gracias por el comentario