Este es un pan bastante especial que fue mutando mientras lo iba preparando: resultó menos dulce y más especiado que lo pensado inicialmente, mucho más para untarlo con queso azul que con dulce de leche…A mis ocasionales degustadores les gustó mucho a pesar de mis temores dado su sabor intenso y contrastante. Me parece un receta interesante para explorar y jugar un poco: más o menos dulce o salada, más o menos especiada, etc (espero prueben y comenten!!). Para 2 panes grandecitos:
– 600 g de harina 000
– 125 cc de leche
– 125 cc de agua
– 100 g de miel
– 2 huevos + 1/2 para pintar
– 2 ó 3 cucharadas de aceite
– 10 g de levadura
– 12 g de sal (unas 2 cucharadtias)
– 1 cucharadita de canela
– 1 cucharadita de clavos de olor machacados
– 1 cucharadita de jengibre en polvo
Mezclamos en un bol los líquidos con la levadura, la miel y la mitad de la harina y una vez comenzó a burbujear (unos 30′) incorporamos el resto de los ingredientes, integramos, volcamos sobre superficie de trabajo enharinada y amasamos 10′; bollamos y dejamos reposar en bol cubierto por unos 90′ hasta que haya levado muy bien. Repetimos y dejamos levar por otros 60′
Encendemos el horno. Volcamos la masa sobre la superficie de trabajo, dividimos en 2, bollamos y dejamos reposar unos minutos; damos la forma deseada (ver “Baguettes Caseras, Técnicas Básicas“), colocamos sobre la asadera enharinada o engrasada, cubrimos y dejamos levar otros 30′- 45′ hasta que haya “casi” duplicado su volúmen. Pintamos con huevo o aceite, efectuamos los cortes deseados y llevamos a horno moderado por 25′ hasta que logre un color intenso (se oscurece bastante, no temer).
Sale un pan aromático y con un sabor intenso, va bien tanto con un queso crema suave como con un queso fuerte, salmón y pepinos, jamón crudo, etc. (con mermelada no lo probé…)