Clases de cocina personalizada

CAPELETIS DE CARNE CON CEBOLLA FRITA Y SABOR DE KREPLAJ DE MI INFANCIA

Hace ya tiempo tenía ganas de volver a hacer kreplaj de carne, uno de los platos preferidos de mi infancia, ademas de knishes, latkes, varenikes, tallarines, pan con manteca y dulce de leche, berenjenas picaditas con huevo y cebolla, higado picado con huevo, sopa de pollo y kneidalaj, y casi todo lo demás… Y ayer en el intento terminé haciendo en realidad capeletis con un relleno casi de kreplaj pero no tanto y una salsa definitivamente de estos: cebollita frita. Los kreplaj eran una comida popular entre los judíos centroeuropeos, de gente pobre, se hacían con carne ya cocida o carne que de un caldo, económica; luego se desmenuzaba y mezclaba con cebolla y eventualmente zanahoria, sal pimienta (a veces) y no mucho más; la masa por supueste no era 100% al huevo, no había para tanto. Es una comida sencilla y apetitosa, también inolvidable si nos criamos con ella. Los compartí anoche con dos personas que nunca habían escuchado siquiera la palabra kreplaj y tuvo una excelente acogida; para el que suscribe también estuvieron buenos, aunque desde ya no tanto. La receta, por si se animan, para 4 personas a 6 personas:

MASA
– 400 g de harina
–     2 huevos
– 100 a 120 ml de agua
–     1 cucharadita de sal
RELLENO
–   1/2 kg de carne bien picada (2 veces pasada por la máquina o procesada)
–   1/4 kg de cebolla picada
–    2 zanahorias chicas ralladas
–    2 cucharadas de aceite
–       sal y pimienta
SALSA
– 1/4 kg de cebolla cortada en media juliana
–   4 cucharadas de aceite
–      sal, pimienta y, opcionalmente, ají molido (a mí me gusta pero no creo Mamá Golde le pusiera)
En un bol mezclamos los ingredientes de la masa con el agua suficiente para obtener una masa relativamente firme; volcamos sobre la superficie de trabajo y amasamos por unos minutos, Envolvemos en papel film y dejamos reposar al menos por media hora.
Mientras, en una sartén grande salteamos las cebolla y las zanahorias picadas por unos 10′; agregamos la carne, salpimentamos y cocinamos por 5′ más revolviendo cada tanto. Revisamos sabor y dejamos enfriar.
Con un palo de amasar estiramos la masa no muy delgada; si empleamos una máquina estiraremos hasta el antepenúltimo punto.
Con un molde cortante cortamos discos de 10 cms de diámetro. Los restos los unimos y volvemos a estirar y cortar, deberían resultar unos 50.
Con una cucharita ponemos el relleno en una mitad dejando los bordes libres, volcamos sobre este la otra mitad y presionando con los dedos sellamos bien, damos la forma típica de los capeletis, o de kreplaj si recuerdan (a veces se hacían también con cuadrados de masa), y reservamos sobre superficie enharinada y cubiertos.
En una olla ponemos a calentar abundante agua.
En una sartén grande salteamos las cebollas cortadas en media juliana hasta que estén comenzando a dorarse; condimentamos.
Una vez el agua rompió el hervor salamos, echamos dentro la pasta y cocinamos por unos 5′, un poco más que al dente.
Retiramos sin escurrir completamente, volcamos dentro de la sartén con la cebolla y salteamos por unos minutos revolviendo bien.
Servimos, simplemente…
No puedo ser objetivo con este plato que me rememora momentos tan felices de mi infancia, pero igualmente me animo a recomendarlo, así, sencillito…

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