1. BIZCOCHUELO, en tortera desmontable alta de de 23/24 cms:
– 6 huevos grandes
– 180 g de azúcar
– 180 g de harina 0000
– 1 cucharadita al ras de polvo de hornear
– 1 cucharadita de esencia de vainilla
Precalentamos el horno a 180*
Batimos los huevos con el azúcar hasta el punto letra (al levantar el batidor podemos “escribir” sin que se deforme la letra); en cierto momento adicionamos la esencia de vainilla
Tamizamos en 3 ó 4 veces la harina sobre los huevos mientras continuamos batiendo suavemente.
Volcamos sobre la tortera previamente enmantecada y enharinada, damos unos golpecitos para asegurarnos no queden burbujas, emparejamos la superficie con una espátula y horneamos por unos 30´hasta que el bizcochuelo se haya despegado de las paredes de la tortera y se vea dorado. Podemos probar el punto de cocción con un palillo en su centro, si sale apenas limpio ya está listo.
– 1 lata de leche condensada
– 1 lata crema de leche
– 1 lata de leche en la que disolvemos 100 g de leche en polvo
Batimos conjuntamente los 3 elementos y los volcamos sobre el bizcochuelo aún caliente haciendo algunos agujeritos con un palillo o tenedor de modo de facilitar su absorción, la cual tardara un rato. Este proceso requerirá un poco de paciencia. Dejamos enfriar.
3. MERENGUE ITALIANO
– 60 g de claras de huevos (2 claras) a temperatura ambiente
– 120 g de azúcar, el doble que de claras
– 40 ml de agua, lo suficiente para cubrir apenas el azúcar
En una cacerola teflonada pequeña cubrimos con el agua 100 g del azúcar y cocinamos a fuego medio y revolviendo de modo de asegurarnos esta se disuelva. Una vez disuelta dejamos de revolver y llevamos a hervor rápido hasta una temperatura de 120*, cuando el almíbar llega al “punto bolita blando”; estará lleno de globitos que se irán achicando y tomando una consistencia más espesa. Demandará unos 12´. Para reconocerlo verteremos un poquito en un vaso con agua fría: se formará una bolita que al tocarla resultará blanda y maleable; si la bolita es dura ya nos habremos excedido en la cocción y nos resultará más difícil integrar el almíbar a las claras.
Mientras, batimos las claras con el resto del azúcar a punto de nieve firme.
Presto el almíbar lo volcamos cuidadosamente sobre las claras en un hilo fino y constante en tanto continuamos batiendo hasta que la mezcla se haya enfriado completamente; e merengue deberá lucir firme y brillante.
Con una manga decoramos la torta a nuestro gusto. Llevamos a frío.