Clases de cocina personalizada

RAVIOLES DE CALABAZA ASADA Y QUESO AZUL, CON MANTECA DE SALVIA Y ALMENDRAS TOSTADAS

En una “Clase Privada para Extranjeros”, junto con el “Guisado de Ternera con ron, vino tinto y champiñones” preparamos estos Ravioles de Calabaza Asada y Queso Azul que pusieron en serio aprieto a quienes degustamos ambos platos en relación con decidir cuál nos había resultado más apetitoso: dimos por unanimidad empate! Será cuestión que algunos lectores preparen ambos y compartan su experiencia; o se vengan a tomar una Clase a El Arte de Amasar y lo volvamos a degustar aquí, sería un gusto… La receta, para 4 personas 4 personas:
MASA
– 200 g de harina 0000 (refinada)
–     2 huevos grandes
–     1 ó 2 cucharaditas de aceite de oliva
–  1/2 cucharadita de sal
RELLENO
– 600 g de calabaza (media calabaza mediana)
– 100 a 125 g de queso azul desgranado (según intensidad de sabor)
–     1 huevo ligeramente batido
–         sal y pimienta negra
SALSA
–  50 g de manteca
–    1 puñadito de hojas de saliva fresca
–       sal y pimienta negra a gusto
–    1 cucharón del agua de la cocción de la pasta
–    2 cucharadas almendras tostadas y picadas
Preparamos la pasta del modo habitual (ver “Masa para pasta al huevo, técnicas básicas“).
Cortamos la calabaza por la mitad longitudinalmente; pincelamos una mitad con aceite de oliva y horneamos boca abajo hasta que se tiernice unos 40′. Procesamos junto con el huevo, agregamos el queso azul y salpimentamos recordando que el queso azul ya es bastante salado; revolvemos bien.
Estiramos la masa hasta el penúltimo de la máquina (o delgada con un palo de amasar) y la dividimos en 2 ó en 4 tiras de tamaño similar. Sobre una de las tiras vamos colocando cucharaditas del relleno dejando aprox 1,5 cm entre cada una, pincelamos los bordes con agua, cubrimos con la otra tira, presionamos suavemente para quitar el aire, dar forma,  sellar y con el cortapastas cortar las piezas. Podemos también emplear un molde.  Reservamos sobre superficie enharinada y cubiertos con un repasador y Repetimos con las otras tiras.
Ponemos a hervir abundante agua con sal. 
Antes de volcar la pasta dentro del agua hirviendo, en una sartén grande derretimos la manteca a fuego suave junto con las hojas de saliva cortadas en rodajas delgadas y un poco de sal. Luego de unos minutos la salsa se tornará en un color amarronado (manteca negra).
Retiramos la pasta al dente, no más de 2´de cocción, escurrimos y volcamos en la sartén junto con un cucharón del agua de la cocción; mezclamos y servimos en platos precalentados floreando con pimienta negra recién molida y las almendras picadas. 

(Luego de publicar esta receta acabo de comprobar que hace un par de semanas publiqué una similar, aunque no exactamente igual; espero el lector no se moleste y, en todo caso, compare cuál de las dos le gustó más…)

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