– 5 a 10 g de levadura fresca
– 300 cc de agua
– 50 cc de aceite de oliva
– 1 cucharadita colmada de sal
– 1/4 cucharadita de pimienta blanca
– 150 g de ricota fresca
– 75 g de muzzarella rallada o en trozos pequeños
– 24 boquerones a la provenzal (+ ó – s/tamaño)
– sal (poca) y pimienta negra recién molida
– aceite de oliva para regar la pizza
– salsa de tomates frescos (ver abajo)
Hacemos una corona con la harina y la sal por fuera y en su centro volcamos el agua y disolvemos la levadura; incorporamos con cuidado la harina y cuando comienza a formarse la masa agregamos el aceite.
Amasamos por unos minutos (la masa debe quedar húmeda), cubrimos y esperamos unas 2 hs hasta a que duplique su volumen. El tiempo de levado depende de la cantidad de levadura empleada y la temperatura ambiente; es conveniente reducir la cantidad de levadura y dejar levar más lentamente la masa, incluso en la heladera; los resultados bien valen el tiempo de espera.
La salsa de tomates propuesta es simplemente tomate maduro procesado y condimentado discretamente con sal pimienta, orégano, ají molido y un poco de aceite de oliva. Si no es época de tomates o estamos muy apurados podemos también emplear tomate triturado de buena calidad.
Una vez leudada la masa, la volcamos sobre la superficie de trabajo, desgasificamos, dividimos en 4, bollamos y dejamos reposar en superficie enharinada y cubiertos al menos por 30´ y hasta unas 2 hs (al emplear poca levadura la masa se mantiene relajada y sin levar por bastante tiempo).
Pincelamos las pizzas con la salsa de tomates y con una pala las vamos depositando sobre la piedra del horno a máxima temperatura. La idea es marcarlas apenas de modo de facilitarnos el trabajo al recibir a los comensales.