– 250 g de ricota fresca
– 125 g de muzzarella rallada o en cubos pequeños
– 75 g de sardo semi estacionado rallado
– 1 huevo ligeramente batido
– sal, pimienta negra y nuez moscada
– semillas de sésamo
– hojas de masa filo c/n, dependerá del tamaño de las piezas.
– manteca derretida para pincelar la masa c/n
Retiramos la masa filo de la heladera con alguna hora de antelación.
En un bol mezclamos los ingredientes del relleno, condimentamos y reservamos.
Tomamos con mucho cuidado una hoja de masa filo y la cortamos en tiras de 10 a 15 cms de ancho, Pincelamos ligeramente con manteca cada tira, colocamos en un extremo en forma triangular una cucharada del relleno, lo volcamos con la masa hasta el otro lado formando un triángulo, repetimos el procedimiento hacia el otro lado envolviendo la masa y manteniendo la forma triangular hasta llegar al otro extremo.
Pincelamos con manteca (o huevo mezclado con agua), floremos con semillas de sésamo y horneamos a 180* por unos 10´, hasta que se vean bien dorados.
El problema de probar uno es que inmediatamente queremos probar el siguiente. Y así sucesivamente…