– 500 g de harina 000 (común o de panadería)
– 10 g de harina de malta
– 10 g de levadura seca (un sobre)
– 175 ml de agua tibia
– 150 ml de leche tibia
– 1 cucharadita colmada de sal
– harina de maiz (polenta) para espolvorear
Mezclamos las harinas con la levadura y la sal, hacemos un agujero en el centro y volcamos dentro los líquidos; integramos y amasamos por unos 10` hasta obtener una masa blanda, elástica y no pegajosa.
Hacemos un bollo, lo colocamos en un bol enharinado o pincelado con aceite, cubrimos y dejamos levar hasta que duplique su volumen, unos 60´.
Retiramos del bol, volcamos sobre la superficie de trabajo floreada con harina, desgasificamos y repetimos el proceso de levado, esta vez por 30´.
Volvemos a desgasificar, hacemos un chorizo con la masa, la dividimos en 10 partes iguales y dejamos reposar unos minutos.
Les damos luego forma de bollos, los colocamos en la asadera espolvoreada con harina de maíz guardando siempre espacio entre cada uno; aplastamos un poco con la mano, espolvoreamos también por encima con harina de maíz, cubrimos y dejamos levar ahora por 30´.
Calentamos moderadamente una plancha o sartén pesada y colocamos sobre esta los muffins que entren con cierta holgura y con la cara que descansaba sobre la asadera para arriba.
Cocinamos a fuego suave unos 12´ de cada lado hasta que adquieran un color dorado oscuro.
En la medida que los vamos retirando los vamos colocando sobre un repasador seco, cubrimos con otro y dejamos entibiar. Una vez fríos pueden freezarse perfectamente.
Tostados y tibios con un poco de manteca, mmmmm, un peligro, difícil parar de comerlos…