Clases de cocina personalizada

TALLARINES INTEGRALES CASEROS CON PESTO DE ESPINACAS Y ALMENDRAS

Me llamaron unos amigos que pasarían por casa y decidí experimentar con ellos con una pasta con harina integral que hace tiempo me daba vueltas en la cabeza. La pasta aún con un alto porcentaje de harina integral resultó muy buena (“compite con cualquiera” dijo uno de los comensales) y el pesto de espinacas, tiernas y abundantes en Buenos Aires en esta época, no le fue a la zaga; resultó un excelente plato, nutritivo, liviano y rápido de preparar. Para 4 personas ó 3 como único plato:

PASTA
– 300 g de harina integral
– 100 g de harina común
–     4 huevos
–     2 cucharadas de aceite de oliva
–     1 cucharadita al ras sal
–  1/4 cucharadita de pimienta blanca

PESTO DE ESPINCAS
–    1 paquete de espinacas, solo hojas, lavadas y escurridas
–    1 puñado de hojas de albahaca
–    1 tacita de aceite de oliva
–  50 g de nueces
–    2 dientes de ajo
–  50 g de parmesano recién rallado + adic. a gusto de cada comensal
–      sal y pimienta

Preparamos la pasta del modo habitual (ver “Masa para pasta al huevo, técnicas básicas“).  Estiramos hasta el penúltimo punto de la máquina, dividimos en tiras de unos 25 cm de largo y dejamos orear por un rato. Enharinamos generosamente cada tira, la enrollamos de los costados al centro, con un cuchillo grande cortamos tiritas de aprox 1 cm de ancho, pasamos el canto del cuchillo por debajo, levantamos la pasta y desenrollamos (podemos por supuesto emplear también la máquina para cortarlos del ancho deseada). Dejamos orear la pasta sobre la mesa enharinada o, mejor, colgada de un palo o alambre.

Procesamos conjuntamente espinaca, albahaca, ajos, la mitad de las nueces y un poco de sal gruesa. Vamos adicionando aceite de oliva hasta obtener una consistencia cremosa; agregamos el resto de las nueces, procesamos por unos segundos y luego el parmesano rallado procesando unos instantes más. Salpimentamos, revisamos sabor y reservamos.

Cocinamos la pasta en abundante agua con sal, retiramos al dente y escurrimos reservando un cucharón del líquido de la cocción.

En la misma olla mezclamos la pasta con el pesto y el líquido reservado y servimos de inmediato en platos previamente precalentados, dejando a los comensales la opción de adicionar queso rallado.

Un plato de pastas, nutritivo, liviano, sabroso, aromático, fácil de preparar, nada mal…

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