PASTA
– 200 g de sémola de trigo (o semolín)
– 75 a 100 g de espinacas congeladas
– 1 huevo y una yema
– 2 cucharaditas de aceite de oliva
– 1 pizca de pimienta blanca
– 1/2 cucharadita de sal (nosotros no le pusimos)
SALSA
– 1/2 cebolla finamente picada
– 250 g de tomates cherry cortados por la mitad
– 200 g de champiñones en conserva cortados (los que teníamos), cortados por la mitad
– 1 tacita de vino blanco
– 3-4 hojas de salvia fresca troceadas
– parmesano o sardo recién rallado
– peperoncino
Descongelamos las espinacas y sobre un colador las presionamos para quitarles el líquido. Procesamos conjuntamente con el huevo y la yema y preparamos la pasta del modo habitual (ver “Masa para pasta al huevo, técnicas básicas“).
Estiramos la masa hasta el punto 8 de la máquina, cortamos del ancho deseado y reservamos enharinados y cubiertos por un repasador.
Volcamos la pasta en el agua hirviendo, retiramos al dente (no más de 2´ desde que recuperó el hervor), escurrimos y mezclamos en la sartén con la salsa adicionando un poco del líquido de la cocción.