Un exquisito y refrescante risotto veraniego; la dulzura y untousidad que el imprime el mango se contrasta con el picante del chile conformando un plato súper apetecible. Para 2 personas, como plato principal abundante o 4 personas como entrada o acompañamiento:
– 200 g de arroz arboreo o carnaroli (o, en su defecto, un muy buen doble carolina)
– 1 mango mediano/grande maduro cubeteado
– 1 cebolla mediana picada
– 1 diente de ajo picado
– 3/4 litro aprox de caldo liviano de verduras
– 1 tacita de vino blanco
– 2 cucharadas de manteca
– 1 cucharada de aceite de oliva
– 1 cebolla mediana picada
– 1 diente de ajo picado
– 3/4 litro aprox de caldo liviano de verduras
– 1 tacita de vino blanco
– 2 cucharadas de manteca
– 1 cucharada de aceite de oliva
– 1/2 chile picado sin semillas (+/- según gusto y tipo de chile)
– sal y pimienta negra recién molida
– verdeo o ciboulette picados para decorar
Salteamos la cebolla el ajo y el medio chile picados en una sartén con una cucharada de manteca, una de oliva y una pizca de sal; cuando la cebolla comienza a tomar color agregamos el arroz, mezclamos y luego de 2´ el vino blanco.
Una vez absorbido el vino, vamos agregando el caldo de a cucharones y removiendo constantemente. Cada cucharón adicional debe esperar a que el anterior se haya absorbido completamente, a que el arroz “lo pida”.
Cuando el arroz está casi al dente agregamos la cucharada de manteca restante y el mango cubeteado; salpimentamos, mezclamos, apagamos el fuego, tapamos y esperamos entre 5´y 10´ a que se complete la cocción del arroz y se amalgamen los sabores.
A mi comensal invitado y a mí nos encantó este risotto: fresco, sabroso, untuoso, estimulante…