La focaccia es además ideal para preparar exquisitos sandwiches y también con muy diversos ingredientes. En esta oportunidad la presentamos rellenada con berenjenas grilladas, tomate, muzarella y albahaca fresca. La degusté un mediodía caliente de este verano porteño acompañada de una cerveza bien helada, mmmmm, estaba muy buena…
FOCACCIA, para una asadera de 50×30 cms:
– 500 g de harina 000 (común)
– 450 cc de agua
– 15 g de levadura fresca
– 1 cucharadita de sal
– aceite de oliva para pincelar asadera y focaccia, c/n
– 150 g de muzzarella en rodajas delgadas
Cortamos las berenjenas en rodajas delgadas, las pincelamos con aceite de oliva, las colocamos en una asadera y horneamos en horno caliente y a 200* por unos 10´, hasta que estén tiernas.
En un bol disolvemos la levadura en el agua, adicionamos el azúcar, la harina y finalmente la sal; mezclamos con una cuchara de madera o cornete, cubrimos y dejamos levar hasta que haya aprox duplicado su volumen, unos 60´. Muy fácil, ni hace falta ni es posible amasar.
Encendemos el horno. Pincelamos la asadera con abundante aceite de oliva, volcamos sobre esta la mezcla y con las manos también aceitadas la distribuimos de modo parejo por toda la superficie y la pincelamos luego con más aceite de oliva.
Encendemos el horno. Haciendo una pequeña presión sobre la masa vamos colocando alternadamente las rodajas de aceitunas y los tomates cherry; floreamos luego con granos de sal gruesa y ají molido.
Dejamos levar en ambiente cálido y sin corriente de aire por unos 30´, hasta que la masa haya casi duplicado su volumen.
Horneamos en horno bien caliente y temperatura máxima hasta que la focaccia se vea dorada, unos 20´. Retiramos y dejamos enfriar.
Para los sándwiches cortamos la focaccia en cuadrados o rectángulos del tamaño deseado y luego al medio. Rellenamos con las rodajas de berenjena, tomates y muzzarella, las hojas de albahaca y un toque de pimienta negra.
Una focaccia relativamente sencilla. Y absolutamente sabrosa…