– 250 g de harina 0000 (refinada)
– 150 cc de agua
– 10 g de levadura natural
– 1/2 cucharadita de sal
– 1 pizca de pimienta blanca
COBERTURA
– 150 g de muzzarella rallada o en trozos pequeños
– 2 tomates medianso maduros
– 1 puñado de hojas de orégano fresco, o albahaca
– condimento para pizza
– granos de sal gruesa
– aceite de oliva
Encendemos el horno. Hacemos una corona con la harina y la sal por fuera y en el medio disolvemos la levadura en el agua. Incorporamos con cuidado la harina al centro, mezclamos y amasamos por unos 5´ hasta integrar. Hacemos un bollo y dejamos reposar en bol pincelado con aceite y cubierto.
Procesamos el tomate con un poco de aceite de oliva, sal, pimienta y condimento para pizza; corregimos sabor y reservamos.
Luego de una media hora (el horno ya estará bien caliente), tomamos el bollo de masa que encontraremos muy relajado, casi pegajoso, y lo volcamos sobre la asadera previamente regada generosamente con aceite; con las manos también aceitadas estiramos la masa hasta los bordes de la asadera; pincelamos con la salsa de tomates, distribuimos por encima la muzarella, rodajas de tomate y las hojas de orégano fresco, algunos grandos de sal gruesa, pimienta negra y un chorro de aceite de oliva.
Llevamos a horno máximo por 10´ a 15´ según el horno, hasta que la muzzarella comience a gratinar. (Si deseáramos la pizza un poco más alta, tipo media masa, una vez estirada la dejamos levar un rato antes de hornear)
Una pizza fácil y rápida de preparar y más fácil aún de comer!