Clases de cocina personalizada

RAVIOLES DE PESCADO Y DOS COLORES, EN CREMA DE JENGIBRE Y VINO BLANCO

Una deliciosa y colorida pasta que estoy en cierto modo re-publicando, creo que bien vale la pena; una de las masas está colorizada y saborizada con remolacha y el relleno es merluza fresca, un pescado muy accecible por estos lares. Para 2 personas, abundante:
MASA I

– 120 g de harina 0000
– 1 huevo
– 1 cucharada de aceite de oliva
– 1 pizca de sal

MASA II

– 140 g de harina 0000

– 1 huevo
– 1 cucharada de remolacha hervida y procesada
– 1 pizca de sal

RELLENO
– 600 g de pescado fresco, merluza o similar
–   30 g de cebolla de verdeo picada, parte blanca
–   50 cc de vino blanco seco
–    1 huevo
–    1 cucharada de manteca
–    1 cucharada de aceite de oliva
–       sal y pimienta negra recién molida

CREMA DE JENGIBRE Y VINO BLANCO
– 30 g de jengibre fresco rallado
– 150 cc de crema de leche
– 100 cc de vino blanco seco (cuanto mejor, mejor…)

Realizamos la masa del modo habitual  (ver: Masa para Pasta al Huevo, Técnicas Básicas ); para la masa II procesamos primero el huevo con la remolacha y estiramos sólo hasta el penúltimo punto para evitar que se rompa, es  bastante delicada.

Salteamos la cebolla de verdeo con la manteca y el aceite, desglasamos con el vino blanco,  agregamos el pescado cortado en trozos pequeños, mezclamos y continuamos la cocción por 3´ó 4´.

Escurrimos para retirar el líquido excedente, dejamos entibiar, agregamos el huevo, procesamos, salpimentamos y reservamos.

Tomamos dos tiras de masa de tamaño similar y sobre una, con la ayuda de una cuchara o manga vamos colocando el relleno dejando espacios equiproporcionales; pincelamos apenas los bordes, cubrimos con la otra tapa, presionamos con los dedos dando forma y quitando el aire y con un cortapastas cortamos según forma y tamaño deseados. Si empleamos un molde, colocamos sobre el mismo una tira de masa, rellenamos, pincelamos los bordes, cubrimos con otra tira y luego pasamos por encima un palo para sellar y cortar las piezas (nos puede aún hacer falta la ayuda de un cortapastas).

Ponemos a hervir abundante agua con sal.

Echamos el vino blanco junto con el jengibre rallado en una sartén grande, esperamos que se evapore el alcohol y agregamos la crema mezclando bien; continuamos la cocción a fuego suave hasta que se reduzca aprox a la mitad y salpimentamos.

Echamos la pasta dentro del agua hirviendo y  y retiramos bien al dente, unos 3´, escurrimos y volcamos  dentro de la sartén con la emulsión y a fuego suave; mezclamos.

Emplatamos en plato precalentado y a razón de 3 piezas de cada color; esparcimos por encima queso parmesano recién rallado, un chorro de aceite de oliva y un poco de pimienta negra.

Un plato para regocijar el paladar de invitados y cocineros. Pienso en los vinos que maridarían y se me ocurre que desde un tinto suave hasta un champagne, casi cualquiera…

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