MASA
– 200 g de harina 0000 (la más refinada)
– 2 huevos grandes
– aceite c/n, según tamaño de los huevos
– 1 cucharadita de sal
– 1 pizca de pimienta blanca
RELLENO
– 1 calabaza de aprox 1,25 kgs
– 1/2 cebolla picada
– 1 diente de ajo picado
– 1 cucharada de hojas de salvia fresca
– 1 cucharada de aceite o manteca
– 150 g de queso de cabra en trozos pequeños
– 100 g de avellanas tostadas y picadas o procesadas
– parmesano rallado, opcional, según la intensidad de sabor del queso de cabra
– sal y pimienta negra recién molida
Preparamos la masa del modo habitual (ver, “Masa para pasta al huevo, técnicas…“).
Encendemos el horno. Cortamos la calabaza por la mitad longitudinalmente y la disponemos boca abajo sobre una asadera ligeramente aceitada. Llevamos a horno moderado hasta que su carne se haya tiernizado, unos 35′.
En una sartén calentamos el aceite o la manteca y salteamos las hojas de salvia y la cebolla picada hasta que esta comience a colorear; añadimos el ajo, mezclamos y cocinamos por otros 2.
Retiramos la calabaza del horno, dejamos entibiar, y con una cuchara extraemos la pulpa y hacemos un puré.
En un bol mezclamos la calabaza, la cebolla y salvia salteadas y el queso de cabra; salpimentamos, y si encontramos que “le hace falta”, adicionamos alguna cucharada de parmesano recién rallado.
Colocamos una tira de masa sobre el molde enharinado y con una cucharada o manga vamos colocando el relleno; humedecemos apenas los bordes, cubrimos con la otra tapa, y presionamos por encima con un palo a los efectos de sellarlos. Reservamos sobre superficie enharinada y cubiertos.
Ponemos a calentar abundante agua con sal; en cuanto rompe a hervir incorporamos la pasta, retiramos al dente, unos 3′, al dente, escurrimos, volcamos sobre una fuente de mesa precalentada (o emplatamos directamente), esparciendo por encima aceite de oliva extra virgen y las avellanas tostadas.
Un plato relativamente simple y exquisito!